Desconozco si son días pasajeros, pues recurrentes regresan a mí, convirtiéndose en mis sombras.
Tras cada esfuerzo por pisar con pie derecho al despertar, descubro de nuevo, que mi eterno tropiezo, no es casual, me atenaza una condena de desolación.
La meta perseguida se vuelve gris, imposibilitando alcanzar nada más que ese desesperanzado lugar.
Cobarde refugio, en que embullo mi ser, cubierto sólo por fría piel, con certeza de hallarme oculto dónde nada se puede esperar, pues nuevamente, en mí me perdí.
Rafael Moreno Guardado
Fechado un día gris
